Hablemos bien del diablo



Los dos perros: En el camino de un desierto del ártico se encuentran dos esquimales, uno de ellos lleva con sigo a sus dos perros. El gran valor y la fuerza de los perros era crucial en aquella época ya que estos animales eran un importante medio de trasporte, ellos eran usados para el tiro de trineos en la nieve. Al cruzarse uno le pregunta al otro "Cual de los dos perros es el más fuerte?" El dueño de los perros le contesta "Muy simple mi amigo, el más fuerte es el perro al que alimento más"

Si estás leyendo esta reflexión por que te causó curiosidad el título o por qué querés excomulgarme por herejía, lamento decepcionarte pero el título es algo capcioso y más bien un juego de palabras. Hay una infinidad de forma en las cuales podemos ser tentados pero dos son las principales fuentes de tentación para los hijos de Dios, la primera es nuestra naturaleza caída (Santiago 1:14: La tentación viene de nuestros propios deseos, los cuales nos seducen y nos arrastran) y la segunda, claro, el diablo (Lucas 4:13: Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo)
El juego de palabras del título hace referencia a que muchas veces solemos echarle TODA la culpa al enemigo. Su deseo es tentarnos cuántas veces pueda y hacernos caer, pero no toda tentación viene del enemigo de Dios. Claro que las dos fuentes se van a combinar perfectamente, sobretodo cuando el enemigo pueda hacerlo. Para identificar una tentación satánica hay algo que tenés que saber "El enemigo no puede leer nuestros pensamientos" por lo tanto este tipo de tentación va a venir a nuestra mente como una idea que pareciera venir de la nada, que no esta basada o tiene relación con algo que estábamos pensando y por lo general tampoco tiene que ver con un estimulo externo. Así se mueve el enemigo, como mucho puede ver lo que estas haciendo o cuales son tus compañías o en que circunstancias estas, entonces en base a eso te va a susurrar al oído lo que podría llegar a tentarte. Aclaremos en este punto: Tentación NO ES IGUAL A PECADO. Se podría decir que la tentación es el anzuelo con la carnada, que te lo comas depende de vos.

Pareciera ser que contra nuestra naturaleza caída no podemos hacer nada, está caída, la pelea está perdida, no nos queda otra que dejamos llevar por nuestros deseos más bajos.  ¿Cómo ganamos está batalla? Te voy a dar tres recomendaciones que quizá puedas tomar para pelear y ganar está batalla.

Primero: Confesa tu pecado, parece obvio pero al pasar los días nos olvidamos de confesarle al Señor nuestros pecados y ese peso nos dificulta cada vez más salir del ciclo de pecado, cuando caigas trata de confesar lo antes posible tu falta para estar lo más limpio y liviano que puedas.
Segundo: Exponé tu pecado, confesáselo a otro hermano maduro en la fe, el pecado pierde poder en vos cuándo es expuesto ante la verdad de la palabra de Dios, como el hongo que crece en la oscuridad, el pecado te mantiene preso en un ciclo que solo se puede cortar cuando es expuesto al “Sol” de las escrituras. Estos dos versículos son claves para vencer: 1° Juan 1:9 “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” y Santiago 5:16 “Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados”
Confesar a Dios nos limpia, confesar a nuestro hermano nos termina de sanar. Busca a un hermano maduro  en la fe que te entienda, que pueda orar por vos y que te dé buenos consejos, es la clave para sanar.
Tercero: Date cuenta cuanto le estas dando de comer a cada “Perro”, cual es el que tiene más fuerza. Si salís a la mañana sin hacer el devocional o al menos con una pequeña oración, miras cualquier cosa, escuchas cualquier cosa, hablas cualquier cosa, le das más de comer al “Perro” de la carne, no pretendas llegar a la noche en victoria. Ahora, si alimentas al “Perro” del espíritu desde temprano con un devocional, una oración, cuidas lo que miras, cuidas lo que escuchas, cuidas lo que decís, haces una oración al mediodía, seguramente llegarás a la noche no solamente en victoria sino agradecido al Señor por poder caminar juntos.

¿A que perro le estas dando más de comer?

© Espíritu Santo
Intérprete: Javier Arevalo
Facebook: Hijos del Viento

Comentarios

Entradas populares