Eres tú


Entré en un estado de trance, arrebatamiento, fascinación, éxtasis, no lo se ¿fue en vistazo al futuro? Te vi llorando, de espaldas, arrodillada en tu cama, pero solo fueron unos segundos, fui expulsado de tu habitación hacia la nada. Como en el viaje al centro de una célula, me encontraba flotando en medio de miles de millones de conexiones neuronales. La sensación era como estar viajando por el espacio. A la velocidad de la ingravidez me fui acercando a esa maraña de enlaces, al verlas de cerca entendí que no eran neuronas, pero había algo muy extraño, estos nodos estaban unidos por un cordón, ambos formaban parejas. Dejándome llevar por el compás de este magnífico universo, avanzaba atónito por el nivel de detalle de esa red de vínculos, me llevé una sorpresa al darme cuenta que sobre cada uno de esos nodos había un nombre, una identidad. Millares de nombres se movían lentamente de a pares. A mi mente empezó a llegar una señal débil, como una voz susurrante, al principio imperceptible pero alcancé a entender lo siguiente «Las conexiones que estas viendo son parejas de hombres y mujeres que están destinadas a estar juntas, las que fueron, las que son y las que se unirán en el futuro» –Que impresionante, me dije, hasta podía identificar ciertos nombres de algunas parejas que conocía. De pronto se comenzó a materializar una vía por la cual circulaban cada una de las parejas, algunas vías eran más largas y otras eran más cortas, millones de vías apuntaban a lo que parecía ser un sol. Recorría con la mirada lo que pasaba con las parejas, desde muy lejos de este gran universo se movían lentamente hasta unirse y comenzaban a surcar su vía, cuando llegaban al final se dirigían hacia el sol, uno de ellos llegaba primero y después de unos segundos partía el otro. Había algunas de las parejas que estaban abismalmente distanciadas, pero unidas por un finísimo enlace entre ellas, casi invisible, la vía que estaban destinados a andar estaba abandonada. Otras parejas comenzaban el largo camino sobre su vía pero a la mitad del recorrido se separaban y salían a buscar otra pareja. En medio de mi exhaustiva investigación quede atónito al ver mi nombre en uno de los nodos.

Me dirigía rápidamente hacia el centro del nodo que tenía mi nombre, a medida que me acercaba la figura esférica se parecía cada vez más a un pequeño planeta. De repente se comenzó a divisar el enlace que unía los dos pequeños mundos, era un cordón de tres hilos, pero no era un cordón común, el material del cual estaba hecho era de una purísima luz. Cuando todo indicaba que me dirigía hacia el pequeño planeta con mi nombre, algo me desvió inesperadamente hacia el otro planeta, el que estaba enlazado al mío. Fue ahí donde comprendí lo que estaba pasando, el por qué de este viaje tan asombroso, trate de ver el nombre que tenía ese pequeño planeta, claro, quería conocer el nombre de la mujer que estaba destinada a estar conmigo, no logré ver nada, ya casi no se distinguían las letras, rápidamente, sobre el cordón de tres hilos me movía hacia el centro de ese pequeño mundo. El asombro en este viaje no daba tregua, no era un planeta, daba la impresión de ser uno pero el destino hacia donde me dirigía era una mujer en posición fetal, el cordón de tres hilos nacía directamente desde el centro de su pecho. Avancé por unos segundos y no llegué a percibir el momento en que me desplacé hacia abajo, directo hacia el centro del cordón de tres hilos. Mi sorpresa llego a rozar la histeria, como por un tobogán descendía a toda velocidad por el tubo lumínico, un tanto impaciente ya quería llegar al final de ese pasaje saturado de luz.

Caí como del cielo, flotaba en una atmósfera que olía a verde, al mirar hacia abajo me encontré con un lago de película, se reflejaban sobre él varias cadenas montañosas de picos nevados, muy a lo lejos en una playa de piedras se veía a una mujer a lomos de un caballo, bajé rápidamente hasta ubicarme a su par, desde un costado, mientras la mujer surcaba la playa en un trote rápido. Era ella, mi destino, su pelo era como el fuego, sus ropas como las de una guerrera, su llamativo tapado blanco, muy grueso como para resistir un invierno, estaba finamente adornado con detalles de color oro, imágenes, palabras bordadas e insignias cubrían gran parte de su espalda. Esto era realmente enigmático, «S.D.G» se leía en letras rojas, «H.D.V» otra sigla que no lograba comprender, «HyperNike» una palabra realmente incomprensible. Una imagen captó totalmente mi atención: un gran león de melena tupida y colmillos afilados estaba comiéndose una calavera, en su boca, el cráneo se iba resquebrajando, la calavera daba la impresión de estar viva por la expresión de sus ojos que miraban hacia la nada. Vi otra imagen que sí conocía, consistía en dos arcos que se interceptaban de forma que parecían el perfil de un pez, dentro de la figura estaban las letras griegas Lota, Ji, Theta, Ípsilon y Sigma, este era el símbolo del Ichtus. Las insignias coloridas sobre sus hombros daban la impresión de ser condecoraciones de batallas ganadas.
Ella se detuvo en un paraje, amarró su caballo y se agacho a orillas del lago para tomar agua, yo la seguía con intriga, no lograba ver su rostro, parecía uno de esos sueños donde los rostros no existen. Me llamó la atención algo que se dejó entrever en la parte interior de su tapado del lado del corazón, un gran libro de lomo negro con bordes dorados.
Estaba decidido a verla de frente, no se si podía hablar en este plano pero al menos me fui acercando muy sigilosamente hacia ella, por el rabillo del ojo vi un movimiento brusco, me di vuelta instintivamente para defenderme, una figura oscura se abalanzaba hacia mi con una espada desenvainada, pero sus ojos no me miraban, la destinataria del ataque era ella, como si de un ejercicio de defensa se tratara, la guerrera llevó su mano hacia su corazón de donde sacó una espada de hoja dorada y empuñadura negra, como si el gran libro negro se hubiera convertido en espada, la cruzo frente a su rostro justo para repeler el ataque enemigo, conteniendo la espada de su oponente logró ponerse de pie y haciendo palanca en una roca empujó con tanta fuerza que su enemigo fue despedido de espaldas hacia la playa de piedras, con el mismo envión ella voló mientras que giraba su espada en dirección hacia el pecho del atacante con la intención de atravesarlo al caer, justo antes de matarlo me miró directamente a la cara, lo que vi me dejo estupefacto, no tenia rostro, en su lugar se veía una pequeña escena, como si yo estuviera viendo la televisión allí, fui arrastrado directamente hacia ella y a medida que me acercaba la escena se aclaraba, lo que vi fue esto: Ella estaba arrodillada al borde de su cama en su habitación, llorando, yo la veía de espaldas, es como si volviera a comenzar mi visión desde el punto de partida, pero esta vez fue distinto, esta vez yo me acerqué lentamente hacia ella, a unos pasos de su cama escuché un murmullo como si fuera un lamento, ella estaba rezando en un lenguaje desconocido, un francés antiguo que de pronto cambiaba en un hebreo o arameo indescifrable, me arrodillé a su lado, esta situación me era tan familiar, el aroma de su cabello, la abracé, se quedó en silencio y se dio vuelta para devolverme el abrazo.

No quedaron dudas de que este era un sueño en toda su regla, claro, no llegué nunca a ver su rostro, me desperté en mi cama empapado en sudor ¿qué es lo que acabo de ver? Como un baldazo de agua fría la realidad se desmoronó sobre mi, no estaba empapado de sudor, había estado llorando.
Un agujero en mi corazón, un agujero en mi cabeza, cuantas noches solitarias, cuantas tardes anhelando estar a tu lado, pero esta visión, este sueño fue revelador, ella estaba ahí, ella me está esperando, estamos destinados, estamos enlazados, tengo que encontrar a esa guerrera, tengo que encontrar esa cabellera de fuego.
¿Los símbolos y las siglas en su tapado son una pista? Te encontraré. No importa el tiempo que tome, no importa cual lejos tenga que llegar… te encontraré.
Ella es el amor de mi vida, ella existe, ella también me esta buscando, ella es fuerte, ella es valiente, ella es hermosa, ella es perfecta, ella es mi idónea, ella eres tú.

© Espíritu Santo
Intérprete: Javier Arevalo
Facebook: Hijos del Viento

Este relato esta dedicado a mi bella, mi guerrera, mi amada esposa Bárbara Escobar de Arevalo, en memoria de los casi 10 años que estuve buscando a mi idónea, ELLA ERES TÚ.

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