La luz de tu cuerpo
No hay duda que cuando el Espíritu de Dios se manifiesta suceden cosas muy “locas”. Cuando éramos chicos, con mis hermanos, solíamos ir a la iglesia de mis abuelos durante la época de vacaciones, no te voy a decir que íbamos con todas las ganas a los cultos porque para la edad que teníamos los cultos eran realmente “aburridos”, pero a mi me gustaba particularmente el comienzo del culto, la alabanza, te preguntaras ¿por qué?, no era porque me gustaba cantar, era porque en la alabanza sucedían cosas muy “locas”. Chayito es una hermana que se congrega en la iglesia de mis abuelos, ella por situaciones particulares, en su infancia, quedo totalmente ciega. Cuando el Espíritu Santo se manifestaba en ella, generalmente recuerdo que lo hacia en la alabanza, ella “recuperaba la vista”, así como lo escuchas, ella podía subir y bajar escaleras sin ningún problema, se movía con total libertad. Recuerdo que ella se desplazaba por las bancas de la iglesia buscando a un hermano, a esa hermana que el Señor le mostraba, cuando la encontraba oraba por ella, le profetizaba de parte del Señor.
Florencia usa lentes desde que tiene 18 años, empezó usándolos como descanso, después de 5 años le diagnosticaron miopía, le dieron aumento, poco pero ya necesitaba usar lentes para ver mejor. Más de un año no los usó porque pensaba que le quedaban feos. Luego decidió volverlos a usar con el aumento de un año atrás, veía mejor que sin los lentes pero era claro que había que volver a un control. Fue a hacerse el control, no sólo que seguía con la miopía si no que ahora necesitaba más aumento y los tenía que usar de forma permanente. Ahora ella depende de algo completamente externo para ver bien de lejos, si no tiene los lentes ve borroso, pero ve, no puede distinguir cosas a una cuadra porque es imposible, depende de los lentes para ver las cosas claras. Los que usan lentes seguramente la van a entender.
Mateo 6:19-24 nos habla de la «Lámpara del cuerpo» la luz que ilumina nuestro cuerpo, el ojo es una lámpara, dice Jesús. Me encantan estos pasajes, esos que cuando los lees te quedas petrificado, no solo porque en la primer leída no entendés nada sino que pareciera que no tienen nada que ver con lo que venís leyendo, Jesús es un especialista para esto. El pasaje viene hablando de los «Tesoros en el cielo» Jesús nos recomienda que no los hagamos en la tierra, el paraje que le sigue al de la «Lámpara» sigue diciendo que no podemos servir a «Dos señores» porque vamos a terminar amando a uno y despreciando al otro, Jesús termina diciendo que no podemos servir a Dios y al dinero al mismo tiempo. Ahora, ustedes me quieren decir ¿Qué tiene que ver esto con la «Lámpara del cuerpo»? Tiene todo que ver, nuestros ojos determinan cual va a ser el «Tesoro de nuestro corazón», estamos inmersos en este mundo y lo que ven nuestros ojos son las cosas por las cuales se deja llevar el hombre natural, el hombre que no tiene a Cristo en su corazón, lamentablemente esto nos termina afectando. Es por eso que Jesús nos previene diciéndonos que nos cuidemos de estos afanes, es más, Mateo 6:25 nos dice «Por eso les digo que no se preocupen por la vida diaria, si tendrán suficiente alimento y bebida, o suficiente ropa para vestirse» Si nuestros ojos están puestos en lo «material» la luz que creemos tener en realidad es oscuridad.
Podemos tener miopía espiritual, sin la dependencia de Dios vamos a ver, pero no va a ser clara esa visión, sino que vamos a estar queriendo ver con nuestras fuerzas y eso realmente cansa, no sólo cansa sino que duele, ya que apenas nos levantamos nos tenemos que poner los lentes para ver con claridad lo que esta por delante, dependamos de Dios para nuestro andar diario. Que el depender de Dios sea tan necesidad que no podamos estar media hora sin su presencia. No solo eso, a medida que crezcamos en lo espiritual vamos a necesitar un “aumento” mayor en nuestra visión espiritual porque Dios nos va a querer mostrar cosas más grandes y vamos a necesitar mayor claridad.
Chayito tiene 86 años y sigue congregándose en la iglesia de mis abuelos, claro que por la edad no sube ni baja escaleras como antes, pero sigue entregándole Palabra de Dios a sus hermanos y sigue reconfortándolos de parte del Señor. Cuando nos dejamos llevar por el Espíritu no solamente podemos ver claro sino que podemos bendecir a otros, asegurate que tu lámpara este emanando la pura luz de Cristo.
© Espíritu Santo
Intérprete: Florencia Rojas y Javier Arevalo
Facebook: Hijos del viento
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